Recuerdo cuando iba a la primaria, el maestro pedía que escribiéramos una historia, en ocasiones incluso se atrevía a decir tema libre. Al escuchar eso yo solo miraba hacia abajo y llevaba mi mano a la frente. Ya en casa, pasaba horas con un papel en blanco frente a mi. El lápiz daba vueltas, saltaba entre mis dedos, descansaba en la mesa, iba y venía rodando pero no escribía nada. Durante este tiempo volteaba a ver algún juego de mesa y olía la comida que mi mamá preparaba. Cuando llegaba por fin una idea, esta terminaba en dos o tres oraciones que no cumplían con el mínimo de longitud requerido. Borraba esas frases, rayaba la hoja y me quedaba viéndola de nuevo. Acto seguido mis piernas empezaban a moverse por sí solas como si estuvieran intentando atrapar las palabras, donde sea que éstas estuvieren.
Después de comer, de quejarme con mi mamá sobre la tarea y de ver un poco la televisión; regresaba a la hoja, aún en blanco. Mientras imaginaba la siguiente partida de turista, por fin conseguía decidirme por una idea. Llegado ese momento no paraba de escribir durante un buen rato. Cinco minutos mas tarde creía que el tamaño del escrito era suficiente y no podía mover más el lápiz. Contaba de nuevo. ¡Son muy pocas! ¿Acaso conté bien? Un frase más y a contar de nuevo. ¿El título también cuenta? Dos frases más, me apresuro a contar otra vez. ¡Doscientos cincuenta al fin, tiempo de jugar!
1) Escribir para aprender
Nunca pensé en escribir, mucho menos por voluntad propia. Últimamente he escuchado, leído y visto mucho sobre importancia de contar historias. Al fin me han convencido, aunque sé muy poco al respecto. La forma que conozco de realmente aprender algo es haciéndolo. Tal vez sea una buena oportunidad para reconciliarme con la hoja en blanco.
2) Escribir para equivocarse
Siempre que compartes tus ideas estas serán criticadas y corregidas. Esto aún me asusta para ser sincero. He empezado a lidiar con ello por medio de mis contribuciones a Fundación Kichihua y gracias al Podcast Algoritmos. Ahora el paso que tiene sentido para mi es probar el medio escrito. Quiero iniciar discusiones que nos aporten y nutran mutuamente. Así que desde el primer artículo lo digo: favor de aclarar cualquier error o contradicción en la que llegue a caer.
3) Escribir para compartir experiencias
Siendo alguien que le gusta aprender constantemente generalmente no me doy el tiempo de transmitir lo que estoy haciendo con otras personas de forma clara. Estos escritos los veo como un repositorio de experiencias a las que podré regresar y compartir fácilmente. Más que un escritor de una lista interminable o un diario, me veo más como un curador. Esto, con el propósito de transmitir lo más valioso de una forma organizada y evitarte un poco el caos que acompaña a uno cada vez que intenta algo nuevo. Si logro hacerlo de forma efectiva, también servirá como una invitación a que hagas cosas similares o mejores.
4) Escribir para comunicar
En ocasiones es difícil compartir una idea, una creación, una opinión. Ser un eficaz comunicador es importante para desarrollar proyectos; tanto para transmitir su valor e importancia como para ponerse de acuerdo con colaboradores. Eso solo es posible con la práctica constante. La escritura es sin duda un medio más para lograrlo.
5) Escribir para divertirse
Espero en mis escritos reflejar mis gustos, intereses y personalidad. Aunque eso tal vez lleve algo de tiempo. Creo que a una persona no se le puede encasillar como pensador analítico o creativo solamente, ya que son habilidades que no son mutuamente excluyentes. Mi gusto por la ciencia, la programación y las matemáticas siempre van a ser parte de mi pero eso no limita el poder disfrutar otras actividades como la fotografía, la edición o la escritura. Si tu te encuentras en el mismo caso, o en el contrarío, observa que siempre se puede aprender de áreas diferentes y que eso va a apoyar a tus habilidades principales.
6) Escribir para conocer personas
Todo mundo habla sobre el poder de internet y cómo nos puede ayudar a compartir ideas con personas a miles de kilómetros de distancia. Aún estoy muy lejos de experimentar realmente el alcance y el potencial que tiene. No tengo idea de hasta dónde o a quién le llegarán mis palabras. Ya sea lejos o cerca, espero iniciar conversaciones interesantes. Si estás leyendo esto, no dudes en enviar un mensaje.